Cultura Virtual

VIRTUALIDAD Y CONVENCIONALIDAD: LA RELACIÓN NO ES DE SUSTITUCIÓN

El desarrollo vertiginoso de Internet en la sociedad actual es causa de importantes disertaciones sobre los efectos, alcances y usos de la red de redes cuya discusión ha generado una dicotomía comunicativa que contrapone las consideraciones de quienes abordan la Internet con una mirada optimista con la de aquellos que, inmersos en una ola de resistencia al cambio, se proclaman detractores virtuales. Sin embargo, podría afirmarse que es posible encontrar una conciliación conceptual entre ambas tendencias, partiendo de las prácticas y usos que pueden darse a las herramientas ofrecidas por la red.

En dicha medida, la Internet no se concibe como el resultado de un desarrollo tecnológico que sustituye las prácticas de comunicación tradicionales, sino como la posibilidad de complementar, fortalecer y potenciar dichas formas comunicacionales. Precisamente, el Licenciado en Periodismo e investigador de la Universidad Autónoma de México, Raúl Trejo, pone en evidencia dicha relación de complementariedad refiriéndose al concepto de lo urbano: “Quizá pensar en el espacio urbano como contrapuesto al espacio de las redes no sea el mejor camino para explicarnos la situación de cada uno de ellos en las sociedades contemporáneas más intensamente conectadas a la Internet. Más que sustituirse, uno y otro tienden a complementarse”.

Esta aseveración de la red como complemento ha encontrado varios escenarios de aplicabilidad como es el caso del marketing y la publicidad electrónica. Según aseguró Francisco Ceballos, Vicepresidente del Comité de Publicidad y Marketing de la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), la oferta de espacios publicitarios en línea reportó en 2007 el 2% de la inversión total en publicidad, casi el doble del año anterior, lo que supone un crecimiento de esta industria. No obstante, y al reconocer que Internet todavía no es un medio que logre rendir por sí solo, Ceballos aseveró que la red complementa a los medios tradicionales e incrementa su alcance por medio de su lenguaje multimedial y de sus nuevas formas de transmitir los mensajes.

Por su parte, las editoriales, sector del que tanto se ha dicho que terminaría afectado por la influencia de la red, han fortalecido su labor virtualmente. Según Adriana Beltrán Fernández, Directora de Comunicación y Mercadotecnia de Editorial Santillana, el uso de las herramientas electrónicas permitió que autores y lectores interactuaran frente a frente cuando se encuentran en los sitios web. Además, anota Fernández, “La Internet hace una misión sorprendente porque no ha sustituido la experiencia de la lectura del libro, sino que lo divulga, le permite, sobre todo a través de la promoción, darse a conocer; es un mundo en la industria editorial de muchísimas salidas". A propósito, Santillana lanzó el proyecto Cadena de Lectores en el 2007, programa que les permite contactar a través de chats y otras herramientas a los escritores de la editorial con lo que se buscó, además, brindarle a los lectores asesorías literarias y talleres a distancia.

En este orden de ideas, dicha relación de complementariedad ha sido posible gracias a los avances que se han producido en términos de conectividad y cobertura de Internet. De acuerdo con un estudio publicado por la Comisión Nacional de Regulación de Telecomunicaciones a septiembre de 2008, los suscriptores del servicio de acceso a Internet en Colombia aumentaron un 11% en el tercer trimestre de 2008, llegando a 1.969.023, cifra que representa el 8.3% de los más de 21 millones de usuarios conectados que a septiembre del año anterior existían en América Latina. Por su parte, y según Francisco Ceballos, Vicepresidente del AMIPCI, México poseía, a agosto de 2008, 24 millones de usuarios, lo que evidencia una línea de ascenso de suscriptores de Internet.

Sin embargo, la conectividad a la red de redes sigue siendo poca, pues este tema está estrechamente ligado a las condiciones económicas y de educación de cada zona geográfica. No obstante, es importante pensar que a pesar de que el proceso de cobertura avanza con relativa lentitud, los alcances de lnternet siguen demostrando grandes aplicaciones concretas que no pretenden desplazar en términos absolutistas las prácticas comunicativas convencionales; por el contrario, buscan potenciarlas y fortalecerlas para extraer, en suma, el mayor beneficio.